Hola miniuniversitos míos ^_^ El mes pasado me apunté a un club literario llamada Vidas de Tinta y Papel como escritora y lectora compulsiva. El tema de este mes es la música y la inpiración y este es mi primer texto como escritora, espero que os guste. En un rato más colgaré la entrada de lectora compulsiva.
Bailando a solas
Cuando me desperté ayer, no pensé que tipo de día sería. Yo, simplemente, me levanté y bajé a preparar el desayuno para mi padre y mi hermana. Estaba contenta así que me pareció buena idea hacer tortitas, le alegraría el día a Rosa. Después de desayunar me preparé y me fui al estudio. Cuando llegué al salón principal aún no había nadie así que cogí mi reproductor, lo enchufé y me puse a ensayar una pieza. Las primeras notas salían de los altavoces y yo las atrapaba con mi cuerpo. Mis pasos eran tan fluidos que parecía que la pieza me había poseído.
Así me encontró la profesora, bailando una de mis propias piezas en su salón. No me di cuenta de que estaba allí hasta que los últimos acordes se esfumaron y habló.
- No conozco esos pasos, ¿son tuyos Margarita?
- Sí señora – contesté nerviosa
- Y la música tampoco la había oído nunca, supongo que la has compuesto tu también ¿me equivoco?
- No, señora – me empecé a asustar un montón, me esperabe una represalia.
La señora Anna me miró, asintió y empezó
- Me gusta, me gusta mucho. Eres buena, los pasos son elegantes y la música es preciosa.
- G-Gracias señora Anna – Contesté perpleja.
- ¿Te gustaría presentarlos mañana ante el conservatorio? Estan haciendo las pruebas de admisión para la sección de danza y estoy segura que les vas a gustar.
- ¡Pues claro! Muchas gracias señora Anna. Le prometo que no la defraudaré.
Y después de eso empezaron a llegar mis compañeros. Ni la señora Anna ni yo dijimos nada a nadie y, cuando la clase acabó, ella me dió los datos de la prueba para que no llegase tarde.
Y aquí estoy hoy, esperando mi turno. Anoche, cuando se lo conte a mi padre y a Rosa, los dos se pusieron muy contentos, decían que ya era hora de que alguien descubriera mi talento. Yo opino diferente. Creo ya era hora de que alguien descubriese mi dedicación a eso que más amo, la música y el ballet.
- Margarita Rodríguez – dice una voz desde la puerta
- Soy yo
- Pasa por favor
Respiro hondo, me concentro y entro. Hoy puede empezar otra vida para mí.
Así me encontró la profesora, bailando una de mis propias piezas en su salón. No me di cuenta de que estaba allí hasta que los últimos acordes se esfumaron y habló.
- No conozco esos pasos, ¿son tuyos Margarita?
- Sí señora – contesté nerviosa
- Y la música tampoco la había oído nunca, supongo que la has compuesto tu también ¿me equivoco?
- No, señora – me empecé a asustar un montón, me esperabe una represalia.
La señora Anna me miró, asintió y empezó
- Me gusta, me gusta mucho. Eres buena, los pasos son elegantes y la música es preciosa.
- G-Gracias señora Anna – Contesté perpleja.
- ¿Te gustaría presentarlos mañana ante el conservatorio? Estan haciendo las pruebas de admisión para la sección de danza y estoy segura que les vas a gustar.
- ¡Pues claro! Muchas gracias señora Anna. Le prometo que no la defraudaré.
Y después de eso empezaron a llegar mis compañeros. Ni la señora Anna ni yo dijimos nada a nadie y, cuando la clase acabó, ella me dió los datos de la prueba para que no llegase tarde.
Y aquí estoy hoy, esperando mi turno. Anoche, cuando se lo conte a mi padre y a Rosa, los dos se pusieron muy contentos, decían que ya era hora de que alguien descubriera mi talento. Yo opino diferente. Creo ya era hora de que alguien descubriese mi dedicación a eso que más amo, la música y el ballet.
- Margarita Rodríguez – dice una voz desde la puerta
- Soy yo
- Pasa por favor
Respiro hondo, me concentro y entro. Hoy puede empezar otra vida para mí.